miércoles, 8 de septiembre de 2010

Mi beso,
que es el verso
que empuja la pluma.
Que es la rima de mi fortuna
que ha comprado este billete de avión.
Papel para un asiento con destino a tu corazón.
Recorrí con el dedo la distancia de mi boca a la tuya,
mis labios tenían cita
con La Vida a las 11:11
en el balcón de tus pupilas.
Llegaba tarde y empezaba a salir la luna,
pero con toda la bruma
perdí mis dudas
y al final te encontré.
Vestías tejanos oscuros y camisa de luchador,
me miraste con ojos fieros
y caí muerta de calor,
¿qué son todos estos sentimientos?
Son pastillas para olvidarte
y pellizcos para despertarme,
porque sólo ha sido un sueño.
Sueño de una noche de verano, otoño, invierno y primavera,
que mi vida te espera,
te está esperando solamente a ti.
¡Dime que no me amas!
(quise comprar en la sección de ofertas de la Realidad)
¿por qué?
Por miedo a fallar,
por miedo a que el sueño nunca pudiese llegar.
Tres horas y media en el aeropuerto.
Pasaje con destino a nuestro encuentro.
Mi mejor vestido y la sonrisa más bonita
para brindar con las tazas de café en nuestra cita.
Una madrugada que todavía nos espera,
un vaivén que bailamos en la esfera
perfecta de tu mirada.
Una noche de cuerpos desnudos y caricias sobre la mesa,
un amanecer de buenos días, princesa.
Un sonrisa enlatada en el bote de mermelada
de esta canción que aquí se acaba.



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